Cholos caviares responden a Trump: Nosotros los cholos no pedimos nada, pues faltando todo, todo nos alcanza
por Arturo Mustango, enviado especial (no se porque es enviado ni tampoco porque es especial)
Señores, estamos ante un nuevo capítulo de la tragicomedia nacional. Los caviares peruanos—¡oh, ilustres académicos de nuestras mejores universidades!—han decidido dar una respuesta contundente, intelectual y absolutamente incomprensible al imperialismo yanqui. La última administración de Trump, en un arrebato de pragmatismo financiero, decidió cortar la ayuda de la USAID al Perú. ¡Y no pasó ni media hora para que nuestros caviares reaccionaran de la forma más inesperada!
Señores, ahora son cholos. ¡CH-O-LOS! Y no solo cholos, sino cholos de pura cepa, de los de sombrero alón y guitarra bajo el brazo. Armados hasta los dientes con letras de Luis Abanto Morales, Felipe Pinglo y, en una inesperada jugada maestra de la postmodernidad, Faraón Love Shady, han lanzado un manifiesto musical para desafiar a Trump y a todo el imperio.
De Harvard a La Parada en 3 pasos
Ahí los vemos, caviares con sus maestrías en Estudios Postcoloniales y Café Orgánico de Comercio Justo, citando a Luis Abanto Morales como si fuera el nuevo Marx.
- «Nosotros los cholos no pedimos nada, pues faltando todo, todo nos alcanza», declaran con solemnidad mientras ajustan sus lentes de carey.
- De fondo, suena «El Plebeyo» de Felipe Pinglo, y uno no sabe si llorar de emoción o reír de la ocurrencia.
- Y como broche de oro, entra Faraón Love Shady, el embajador del perreo intelectual, con una versión trap de «Cholo Soy».
¡La resistencia cultural está completa! Trump ni siquiera lo vio venir. Imaginamos a sus asesores, perplejos, revisando las letras de Polo Campos mientras intentan descifrar qué diablos significa «Sí, papi, hazme tu chola, ¡cholo power!».
La tragedia del antiimperialismo gourmet
Pero cuidado, no se confundan: esto no es la lucha de Mariátegui ni la Revolución del Ande. Esto es la resistencia andino-chic, un nuevo movimiento donde uno puede ser cholo de corazón, pero siempre con un latte de quinua en la mano y un filtro de TikTok que realza los tonos tierra.
Y mientras tanto, en algún lugar del Perú profundo, un campesino auténtico escucha a Luis Abanto Morales y se pregunta por qué ahora su himno de lucha suena en la playlist de Spotify de algún estudiante de Ciencias Políticas. ¿Acaso la lucha antiimperialista también tiene playlist?
El consejo final de Sofocleto
Si realmente queremos responder a Trump, lo mejor sería con un lacónico: «No te preocupes, gringo, que los cholos nos la arreglamos solos». Y acto seguido, dejar que la tradición, el huayno y hasta el reguetón hagan el resto. Al final, como decía el gran Luis Abanto Morales:
«Aunque la vida nos duela hasta el alma, somos cholos y nunca lloramos…»
Eso sí, querido lector, prepárate, porque a este paso pronto veremos al Tío Soros con poncho y alpargatas, entonando «Cholo Soy» en versión trap en el próximo festival de Coachella.
¡Hasta la próxima, cholos caviares!


